ABULAC
          
Asociación Burgalesa de Laboreo de Conservación

NOMINADO  AL PROFESIONAL ABULAC

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I

 

JOAO CARLOS DE MORAES SÁ     

 

                      INVESTIGADOR   BRASILEÑO

 

 

Como observador del deterioro del recurso en Brasil y la Argentina, este ingeniero agrónomo, investigador y docente de la Universidad de Ponta Grossa, aconseja invertir en la recuperación de los niveles originales de materia orgánica como paso fundamental hacia la sustentabilidad. "Hay suficiente información para demostrar que cada gramo de materia orgánica que se incorpore al suelo retornará en determinada cantidad de agua, de nutrientes esenciales y de aire. Hay datos disponibles no sólo a nivel experimental sino también en proyectos de gran escala", comenta Moraes Sá.

 

Un concepto que todos los productores que practican SIEMBRA DIRECTA tienen claro es el que siempre pregona Joao Carlos de Moraes Sá: "En este sistema productivo deja de existir la capa arable, dando lugar a otra capa enriquecida con residuos orgánicos, alterando la dinámica de la materia

orgánica y el ciclado de nutrientes".

Con esta frase, el investigador brasileño subraya que la no roturación, sumada al retorno de los rastrojos —para lo cual la inclusión de gramíneas es fundamental—, estimula la formación de un volumen superficial de suelo enriquecido en materia orgánica.

Además de existir una ganancia neta de materia orgánica en los suelos manejados en SIEMBRA DIRECTA bajo rotaciones que aporten altos volúmenes de rastrojos, la misma se produce en los primeros centímetros de suelo. Existe una estratificación de ese "plus" de materia orgánica en los 10 primeros centímetros de suelo. El efecto se diluye a más profundidad.

 

INVESIGACION COMPARATIVA


Moraes Sá, luego de 10 años de comparar un sistema de SIEMBRA DIRECTA y otro basado en labranzas, concluye su trabajo afirmando que "a largo plazo, la siembra directa aumentó la materia orgánica del suelo en un 54% en la capa de 0 a 10 centímetros en relación a la preparación convencional".

El tipo de labranza ha demostrado tener un gran efecto sobre la distribución de los residuos y nutrientes en el suelo. En un estudio realizado por Fabio Montero —un destacado estudioso nacional de la microbiología de suelo—, se evaluaron durante dos años los niveles y tendencias microbiológicas de suelos con diferentes antigüedad en SIEMBRA DIRECTA bajo la secuencia maíz/soja.

 
En SIEMBRA DIRECTA, como resultado de los canales generados por lombrices e insectos, y de los que dejan las raíces de los cultivos y las grietas naturales, se regenera permanentemente un sistema de macroporos que permiten una mejor dinámica del agua comparado

con sistemas con labranzas.

Estos macroporos son continuos y menos tortuosos - ya que copian la forma de la raíces—, y más estables que los "espacios" creados por la labranza; resultando ser, en consecuencia, más efectivos para el ingreso y movimiento del agua y del aire y para el crecimiento de nuevas raíces.

Por lo tanto, si se efectúa una labor en un lote que hace varios años es manejado en SIEMBRA DIRECTA, se desencadenarán una serie de procesos que se describen a continuación:

Se producirá una oxigenación violenta que estimulará a la mineralización de la materia orgánica. Como una importante proporción es lábil, rápidamente se oxidará, dando como resultado una disminución de la fracción joven —o rápidamente oxidable—, lo cual será acompañado con un pulso de mineralización.

La cobertura aportada por los rastrojos disminuirá drásticamente con los perjuicios sobre la protección del suelo frente a lluvias y viento, sobre la economía del agua.

El sistema de macroporos continuos que habían sido generados por la actividad de raíces, lombrices e insectos son destruidos y reemplazados por espacios no continuos e inestables ocasionados por las labranzas, con consecuencias negativas sobre la dinámica de ingreso y movimiento de agua en el suelo.

Se afectará marcadamente la estabilidad del ambiente edáfico, lo cual afectará a las poblaciones de microorganismos del suelo.

Y esto no es todo. Lo peor es que toda la ganancia en materia orgánica, porosidad, estabilidad estructural, y biología de suelo que habíamos logrado con años de SIEMBRA DIRECTA se derrumba rápidamente y costará varios años recuperarla.

Conclusión: 
Por lo tanto, antes de realizar una labranza ocasional cada productor debería meditar que una decisión apresurada puede implicar "borrar con el codo lo escrito con la mano".

 

 

INVESTIGACIONES SOBRE EL MEDIO RURAL

 

"Los agronegocios son la principal opción económica en la actualidad. Pero como es propio de los países latinos, el avance de los cultivos es desordenado, sin planificación, y esto tiene un gran impacto en el ambiente."

 

Moraes Sá lamenta que no hayamos aprendido de los europeos, "que destruyeron (el suelo) y ahora pagan para conservar", y observa que si bien disponemos de tecnología para desarrollar buenos sistemas de producción, el deterioro de las zonas frágiles será muy difícil de subsanar.

 

"Este desorden con que se van corriendo los límites impactará en la comunidad como un todo, en lo social, en lo económico, en lo ambiental", advierte.

 

 -Hay que pensar en la agricultura como un negocio pero cuya clave sea el equilibrio del suelo. Veamos por qué es importante este aspecto. Hemos estudiado la pérdida de materia orgánica original asociada al laboreo convencional y la monocultura, en regiones de climas templados, y tenemos los siguientes datos: en los últimos 50 años, en Canadá y Estados Unidos (latitud 42° N) se perdió entre el 48 y el 58%; en los últimos 20 años, en la franja que va de Pergamino a Capitán Sarmiento (latitud 32° S) la disminución de la materia orgánica osciló entre el 24 y el 60%; en la última década, en Ponta Grossa (latitud 25° S) se registró una caída del 35%, mientras que en los últimos cinco años, en Los Cerrados (latitud 13° S), los niveles de materia orgánica cayeron entre el 35 y el 69 por ciento. Con estas cifras, Moraes Sá espera que los productores reconozcan que una agricultura viable desde todo punto de vista depende del cuidado de su potencial productivo. "Un sistema sustentable no da oportunidad para la imprevisión", señala con preocupación evidente por la intensificación agrícola en áreas frágiles (en diferentes aspectos, no sólo desde el punto de vista estructural). Para el caso de Brasil, Moraes Sá considera que la introducción de la ganadería será la salida hacia la sustentabilidad.

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La siembra directa no sólo fue una revolución para los agronegocios sino también para la comunidad científica, que fue entrenada en un enfoque reduccionista. Esta técnica nos permitió ver que en la agricultura son más importantes las interacciones que los efectos aislados.

 

Se refiere al hecho de que la siembra directa tiende a mejorar las propiedades biológicas, químicas y bioquímicas de los suelos.

 

 

 

Formación e intercambio

 

Su interés por compartir los resultados de sus investigaciones sobre la contribución de la siembra directa (bajo rotaciones que aporten grandes volúmenes de rastrojos) en el incremento de la materia orgánica en los primeros diez centímetros de suelo lo ha llevado a generar un intercambio directo con agricultores y técnicos de varios países de América. A partir de su experiencia, asegura que la formación permanente de los productores será decisiva para la generación de cambios, y aporta un dato que marca una tendencia en Brasil: hubo un gran incremento en la demanda de vacantes para ingresar en las facultades de agronomía y la carrera ocupa el segundo lugar en importancia después de la de medicina.

 

 

ANALISIS

 

Moraes Sá comparte también una reflexión sobre la diferente circunstancia de los agricultores brasileños y argentinos: "En Brasil el ambiente es más agresivo. Los suelos son más frágiles desde el punto de vista de la fertilidad y se necesita generar cambios con mayor rapidez. En la Argentina, en cambio, partieron de «una situación de abundancia» y ahora tienen que aprender a revertir el proceso de deterioro, que iniciaron con la labranza convencional y la intensificación agrícola."

 

Según explica Moraes Sá, el siguiente desafío para los científicos argentinos y brasileños será trabajar en equipos multidisciplinarios. "Europa tiene una visión de sistema mientras que en los Estados Unidos la interacción surge porque es negocio. Nosotros, en cambio, por falta de recursos, tendemos a aislarnos cuando, precisamente, deberíamos trabajar juntos", evalúa. Moraes Sá se refiere, por ejemplo, al hecho de que un ingeniero agrónomo trabaje sobre la base de la investigación de un fitopatólogo.

 

 

En Brasil -según sus palabras-, el Gobierno hace un gran esfuerzo para contener el desmonte pero, por ahora, la presión de los inversores es más fuerte. Hay que aclarar que la explotación de tierras vírgenes en Los Cerrados (en el centro-oeste de Brasil) podría extender el área sojera en unos 50 millones de hectáreas, en pocos años, si las condiciones económicas acompañan esta expansión.

"Estamos sufriendo el ciclo de la sojización, dijo, con acierto, un economista brasileño", apuntó Moraes Sá. Desde su punto de vista, "este sueño" (de precios altos y buen régimen de lluvias) no se extenderá más allá del 2008, de manera que "éste es el momento para repensar el negocio y su estrategia". En el futuro inmediato -advierte- la oportunidad será cómo ganar dinero a partir de la conservación del ambiente. "Por ahora el mercado estimula esta búsqueda de ganancia a cualquier costo, pero ya es hora de cambiar hacia un sistema de mayor seguridad, hacia un sistema basado en la conservación", acotó.

 

 

 

                                                                                                                   

 

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